Los protagonistas de los cuentos y novelas de Fuguet son hombres (Pelando a Rocío, es una excepción). Suelen ser adolecentes o jóvenes con una relación conflictiva con el mundo adulto, que incluso prefieren perderse, escapar, antes que asumir ciertas responsabilidades; son consumistas de cultura, pero, a la vez, no muy buenos ciudadanos de la democracia neoliberal.
Hay algo que no se dice del todo en la obra de Alberto Fuguet. Pero, ¿hay que decirlo todo? Sus escritos representan un magnífico trabajo con la perspectiva, el punto de vista, y generan cierta ambigüedad productiva a partir del juego entre lo que se menciona y se esconde, entre lo que los protagonistas eligen revelar y aquello que no pueden porque no quieren o no saben, entre lo que los narradores conjeturan y lo que ocultan acerca de los demás.
Esta antología muestra la versatilidad de un escritor capaz de moverse sin problemas en todas las distancias. Las novelas de Alberto Fuguet son parte del canon de la literatura chilena y latinoamericana contemporánea; sus cuentos también deberían serlo.